LA LEYENDA DEL HIJO DEL MISTI EN AREQUIPA
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En este segundo artículo de la iniciativa EPA: Conectando con Nuestra Identidad Nacional (EPA – CONIN) te traemos una leyenda que evidencia el respeto que los pobladores de Arequipa sienten ante el poder del imponente volcán Misti. De igual modo, te hablaremos acerca de esta bella ciudad blanca.
Acerca de la ciudad de Arequipa
Está ubicada al suroeste del Perú, frente al Océano Pacífico con 527 kilómetros de litoral. Precisamente por su ubicación, en medio de las regiones Costa y Sierra, Arequipa permite que se articulen de forma estratégica ambas regiones, convirtiéndose de este modo es el centro comercial e industrial de la zona sur del país, que incluye los departamentos de Apurímac, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna. Además, la ciudad es parte del corredor turístico del sur peruano, lo que significa que está interconectada con el 40% del país, y encumbrada sobre una cuesta en la Cordillera de los Andes.
Tal vez esta disposición geográfica sea el origen de su nombre, ya que algunos historiadores concluyen que la palabra Arequipa proviene del aimara "Ari Queppa", que podría ser traducido al español como Ciudad situada detrás de la cumbre o Ciudad que se halla detrás de la arista de la Cordillera. Sin embargo, una leyenda refiere que Arequipa fue fundada por el cuarto inca, Mayta Cápac, quien estuvo con su ejército en dicha zona. Cuando el soberano dispuso el desplazamiento de su gente, hubo quienes le pidieron quedarse, respondiendo el inca "Ari Qipay", que al castellano quiere decir Sí, quedaos.
Ya en la época de la colonia, los conquistadores españoles fundaron la capital de la región en las faldas del Misti, el 15 de agosto de 1540; con conexión al rio Chili, de norte a suroeste, que a su paso forma un gran valle. De ahí la denominación Valle de Chili o Valle de Arequipa.
A la fecha, Arequipa es la segunda ciudad más poblada del Perú; después de Lima, la capital del país.
Atractivos turísticos
La diversidad natural de Arequipa se muestra en sus profundos cañones Cotahuasi y Colca, este último ubicado en el muy concurrido Valle del Colca. Asimismo, el Centro Histórico de Arequipa es Patrimonio Cultural de la Humanidad por sus impresionantes edificaciones como la Basílica Catedral, el Monasterio de Santa Catalina, el Convento La Recoleta, entre otras demostraciones de sorprendente arquitectura.
También se pueden encontrar otros atractivos turísticos como el Mirador de Yanahuara, los Baños Termales de Yura, las Cuevas de Sumbay y más; pero por sobre todo, Arequipa es vigilada por el imponente Misti.
El estratovolcán vivo de Arequipa: El Misti
(Se presume que este nombre data de la época de la colonia y significa "Gran Señor"; se cree, además, que antes era llamado Machu Putina "Viejo Volcán")
Es un volcán cónico y de gran altura, considerado hasta ahora como un volcán activo, siendo monitoreado por el Observatorio Vulcanológico del Sur (OVS) del Instituto Geofísico del Perú (IGP). La última vez que el Misti demostró algún tipo de actividad relevante fue en 1870.
Con su cono casi perfecto, el Misti se eleva a 5820 m.s.n.m., entre los volcanes Chachani (6055 m.s.n.m) y Pichu Pichu (5665 m.s.n.m).
Durante la época colonial, la mayor parte de las casas fueron construidas con el sillar, piedra blanca formada con la deposición de las cenizas, y el lapilli, fragmento piroclástico expulsado durante una erupción.
Esta llamativa arquitectura consagró a Arequipa como La Ciudad Blanca, y el Misti se convirtió en uno de sus mayores símbolos.
En reconocimiento a la presencia de este majestuoso y respetable volcán activo, a continuación te dejamos La Leyenda del Hijo del Misti.
La Leyenda del Hijo del Misti
Se cuenta que un día la corteza terrestre vio nacer a un cerro llamado hijo del Misti, por estar muy cerca de su padre. El Misti, de alegría, expulsó cenizas, vapor de agua, lava y fuego; perdiendo en ese alborozado momento, la parte cónica de su belleza singular.
Con el transcurso de los años la alarma surgió, el Misticito estaba creciendo en un lugar donde provocaría que su padre erupcione; además, esto haría que el Chachani, su tío, pelease con él, para existir; y como era de esperarse, su hermano, el Misti, saldría en defensa de su hijo, produciéndose así un gran enfrentamiento que se expandiría al Pichu Pichu y otros volcanes de la zona.
Ante este terrible pronóstico, los primeros en evitar que siga creciendo el Misticito fueron los gentiles que vivían en las laderas del río Chili. Estos se abrumaron y pensaron que lo mejor sería irse a vivir a otro lugar, pero del firmamento aparecieron unos objetos brillantes, con muchas luces azuladas. Estas naves silenciosas descendieron y se posaron muy cerca de los gentiles, luego, de estas salieron unos pequeños hombrecitos del tamaño de los gentiles. Ellos hicieron amistad.
Siguiendo las indicaciones de estos pequeños hombrecitos, todos los gentiles bajaron de la superficie de la tierra varios kilómetros hasta llegar al centro de la misma. Allí pronunciaron palabras mágicas con lo que consiguieron atraer mucho oro en los bolsillos.
Al regresar a sus casas, con ese mineral los gentiles empezaron a fabricar eslabones abiertos a su extremo, tal como era lo convenido con aquellos hombrecitos.
Pasaron varios meses hasta que un atardecer todos los gentiles caminaron en dirección al Misticito y allí se reunieron llevando sus eslabones. Tras varias noches ya habían formado una larga cadena de oro con la que lograron encadenar firmemente al hijo del Misti.
Al finalizar esta acción, las naves silenciosas al ver que los gentiles habían cumplido su promesa empezaron a lanzar desde sus naves un rayo de fuego a la tierra, abriendo grietas profundas; y fue así como cortaron las raíces del Misticito.
Pasaron miles del años y los gentiles ya habían desaparecido de la faz de la tierra. De pronto, el Misticito empezó a hacer fuerza queriendo romper sus cadenas.
Por las noches el Misticito botaba lenguas de fuego por la cintura y además se le escuchaba decir "Voy a crecer tan grande como mi padre".
Un arriero fue testigo de este acontecimiento y, presuroso, se dirigió a la ciudad a alertar a todos los arequipeños para evitar el crecimiento del Misticito cruzando su cuerpo con fajas de fierro.
De esta manera, fue un padre sabueso quien detuvo el crecimiento del pequeño volcán. Él mando construir unos enormes zunchos de fierro y con ellos amarró al Misticito de tal forma que ya no pueda crecer nunca más.
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Gracias por darnos a conocer estos mitos y leyendas de nuestro querido Perú, así conocer más de nuestra cultura que es rica en tradiciones.me gusta
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